Cactus y Plantas Crasas

Este híbrido (denominado también Epiphyllopsis) es el resultado del cruce entre la R. gaertneri y la R. rosea, la cual, tal como indica su nombre, produce flores rosadas. El color de las del híbrido se halla a medio camino entre los de las dos especies de que procede: oscila de rojo anaranjado a lila rosado. Tanto la R. gaertneri como la R. x graeseri necesitan estar en un medio cálido y húmedo durante el período de crecimiento. Éste se estimula pulverizando agua de vez en cuando. Deben ser protegidas de la luz solar excesiva. Desde agosto a diciembre pueden regarse de forma más o menos regular, pero a partir de enero hay que procurar mantenerlas secas. Para favorecer la aparición de los capullos florales la temperatura debe conservarse entre 10 y 14 °C. Mueva la planta lo menos posible para evitar que caigan los capullos. Tan pronto como éstos empiecen a formarse incremente la frecuencia de los riegos.

El género Rhipsalis está integrado por muy pocas especies, siendo la mayoría originarias de Sudamérica. Al igual que las Schiumbergeras, Epiphyllums y Rhipsalidopsis se trata de plantas de naturaleza epífita. Sus flores son pequeñas, aunque normalmente aparecen en gran número. Luego dan paso a frutos de color crema, amarillo, rosado o rojo, que se conservan en la planta durante un largo período.
Las Rhipsalis prefieren estar en lugares cálidos y sombreados. La tierra ha de ser rica en humus. En verano deben regarse a menudo. No sitúe nunca estas plantas bajo la acción directa de los rayos del sol. En invierno hay que dejarlas descansar durante un período prudencial. Si las coloca en habitaciones dotadas de calefacción hay que procurar que la tierra conserve un mínimo de humedad.
Otra interesante especie de este género es la Rhipsalis pachyptera, cuyas flores son de color amarillo con ribetes rojos.

Esta planta es originaria de Sudáfrica. Pocas personas la conocen debido a que las floristerías la expenden durante períodos muy cortos (en mayo y junio). Es posible asimismo que su excesiva rigidez le reste una parte de su atractivo. Sus tallos rectos se hallan recubiertos de hojas muy cortas.
Las flores, de color rojo chillón, crecen en forma de umbelas en el extremo de los tallos. Para que aparezcan en gran cantidad es necesario mantener las plantas a lo largo del invierno en un lugar frío y seco. Una temperatura de 5 a 6 °C es la más adecuada.
Se conoce una forma jaspeada.

Del género Sansevieria forman parte más de setenta especies, pero sólo la S. trifasciata se cultiva a una escala razonable. Ello es realmente una lástima, pues existen muchas otras que merecen también ocupar un lugar en los alféizares de nuestras ventanas.
Entre ellas destaca la Sansevieria cylindrica, originaria del África occidental. Actualmente sus fibras poseen diversas aplicaciones industriales, pero sus tallos cilindricos y carnosos justifican claramente que se la incluya entre las plantas crasas ornamentales.
Necesita los mismos cuidados que la Sansevieria trifasciata, pero es mucho menos resistente que ésta y sólo tolera un mínimo de agua, especialmente en invierno.

Muchas personas han desterrado esta planta por considerarla pasada de moda, fea y rígida, pero yo creo que se trata de una actitud injustificada. Esta especie necesita muy pocos cuidados. Con sólo protegerla de la luz solar excesiva, su colorido se conserva en perfectas condiciones. No le permita pasar frío en invierno. Sin embargo, tolera una atmósfera extremadamente seca e incluso enrarecida.
Dejando aparte la variante normal constitutiva de esta especie, la forma denominada «Laurentii» es también  muy conocida.  Viene caracterizada  por sus franjas  longitudinales  color crema.   Otras conocidas formas son la «Hahnii», la «Golden Hahnii» y la «Silver Hahnii»; se trata en este caso de’ plantas enanas, popularizadas enormemente en los últimos años.
En verano hay que regarlas adecuadamente; debe mantenerlas secas en invierno. Al llegar a la madurez producen flores de perfume suave y de color blanco verdoso. Las inflorescencias se agrupan en espigas.

Ésta es una de las plantas más difundidas de las incluidas en este género. Como muchas otras, se trata de una especie muy fácil de cultivar. Sus flores amarillas aparecen en primavera.
Sin embargo, la especie más atractiva es el S. morganianum. Sus hojas de color gris pálido crecen en tallos trepadores que se desarrollan hasta alcanzar unos 50 cm de longitud. Sus flores de color rosado aparecen en muy pequeña cantidad.
Otra especie de singular atractivo es el Sedum stahlii. Esta planta posee tallos extremadamente delgados recubiertos por hojas ovaladas de color verde; bajo la acción de los rayos del sol se convierten en pardas. Sus flores amarillas se reúnen en forma de pequeños racimos.
Otras formas conocidas son el S. palmen y el S. lineare «Variegatum».

La mayor parte de los Sedums cultivados normalmente en interiores son nativos de México. Sin embargo, el origen del Sedum rubrotinctum no puede establecerse a ciencia cierta. Esta popular especie, de singular belleza, produce en verano racimos de flores amarillas. Sus magnífico color pardo rojizo adquiere especial brillantez si se sitúa directamente a la planta bajo la acción de la luz solar. Existe una forma obtenida artificialmente, la «Aureum», cuyas flores son de color rosa o salmón.
Hay que colocar estas especies en lugares perfectamente iluminados. Entre junio y agosto pueden sacarse al aire libre. En invierno deben mantenerse a baja temperatura, aunque toleran también los medios ligeramente cálidos. En verano hay que proporcionarles agua en abundancia.
Para multiplicarlas, plante sus esquejes en una mezcla arenosa. Las hojas arrancadas de la planta también suelen echar raíces con facilidad.

El género Sedum abarca unas quinientas especies, según la estimación de ciertos expertos. Sería realmente interesante poder reunir la colección. Existen varias especies que crecen en el campo en estado silvestre, mientras que cultivamos a otras en nuestros jardines. Las zonas donde más abundan son los Alpes, los Pirineos, Asia Menor y los EE.UU.
El S. sieboldii puede situarse tanto en el jardín como en interiores. Es nativo de Japón y posee unas hermosas hojas circulares y flores de color rojo que aparecen frecuentemente en la segunda mitad del invierno. Al comenzar la primavera hay que cortar las pocas flores marchitas que permanecen aún en la planta y cambiar a ésta de maceta. Utilice tierra normal. Es aconsejable que coloque la planta en un lugar soleado. Es muy conocida la forma «Mediovariegatum» cuyas hojas poseen manchas amarillas en su centro.

La zona de distribución de varias de las especies incluidas en el género Selenicereus se sitúa al sur de Texas. Estas plantas se fijan a los árboles y desarrollan a lo largo de los mismos sus tallos largos y delgados.
Todas estas especies necesitan disponer de una tierra rica en humus, prefiriendo estar en la sombra. Siendo una planta de grandes dimensiones hay que plantarla en una maceta espaciosa y proporcionarle un marco de madera que le sirva de apoyo. Las flores de la especie más conocida (Selenicereus grandiflorus) llegan a poseer una longitud de unos 25 cm y un diámetro de 30 cm. Exhalan un poderoso perfume y aparecen durante la noche, abriéndose sólo durante unas horas. A la mañana siguiente están ya marchitas.

Muchos coleccionistas conocen esta planta como Kleinia tomentosa. Se trata de un nombre muy apropiado, puesto que en él se recoge la textura suave («de fieltro») de su superficie externa. Al regarla, evite que las hojas se mojen; de este modo la planta conservará intacta su belleza.
En el Senecio rowleyanus las hojas se han convertido en pequeños órganos en forma de cuentas, que crecen en tallos delgados, lacios y, por tanto, rastreros.
Otra forma que vale la pena mencionar es la Senecia stapelüformis, cuyos tallos recuerdan a los de las Stapelias. Sus flores son de forma tubular y de color rojo-anaranjado.